Pequeña población que desde tiempos inmemoriales, es la antesala para los peregrinos que llegan a Santiago de Compostela.
Arzúa está situada en el centro sur de la provincia coruñesa, siendo la mejor alternativa cerca y equidistante de las grandes ciudades gallegas como Santiago de Compostela, A Coruña, Lugo, Orense, Vigo y Pontevedra.
Ofrece a sus vecinos y visitantes todas las ofertas y servicios que se pueden encontrar en cualquier ciudad.
El clima es atlántico, húmedo y templado, con frecuentes lluvias durante los meses invernales. Condiciones ideales para que la tierra sea muy fértil con excelentes producciones agrícolas y ganaderas, que constituyen la principal fuente de riqueza del municipio, siendo el producto estrella: el «Queixo de Arzúa».
Se puede practicar gran cantidad de deportes y actividades al aire libre, gracias a sus senderos, áreas recreativas y espacios naturales de gran belleza, así como actividades de caza en varios de los montes, y la pesca, en el Ulla, en el Iso y en arroyos como el Brandeso y el Rendal.
De su arquitectura podemos destacar la religiosa con templos de gran interés arquitectónico y artístico, de estilo románico de los siglos XII y XIII. También encontrarán interesantes obras de carácter civil, vinculadas al Camino de Santiago, como es el caso del antiguo hospital de peregrinos de Ribadiso, rehabilitado como albergue de peregrinos y el puente romano del siglo XII.
Su industria se centra en factorías madereras, empresas de materiales de construcción, tapicerías y elaboración de los productos del campo.
Arzúa comienza a ser claramente mencionada y a gozar de importancia histórica, a partir del comienzo de las peregrinaciones a Santiago, porque es la decimotercera y última etapa del Camino Francés, según el Códice Calixtino.