Última población de importancia en la última etapa del Camino Francés y Norte de los peregrinos que viajan hacia Santiago de Compostela.
Si bien sus orígenes se remontan a la época romana, es durante la época medieval cuando Arzúa adquiere una singular importancia como lugar de reposo y descanso de los innumerables peregrinos que por el Camino Francés iban en dirección a Santiago, encontrando aquí el lugar adecuado para reponer fuerzas y afrontar así el último trayecto hasta Compostela.
Esto se deduce del Códice Calixtino cuando, entre los lugares que señala como importantes de la ruta, cita «Vilanova», equidistante entre Castañeda y Ferreiros, identificando así geográficamente a la actual Arzúa como la decimotercera y última etapa del Camino Francés hacia Compostela.
Restos de esta época lo constituyen los dos hospitales para peregrinos, uno de ellos el de Ribadiso, reconstruído y reconvertido en albergue Xacobeo y el del convento de los Agostiños, del que se conserva en parte la fábrica y la capilla de Magdalena, que era la iglesia del mismo.
En cualquier caso, son múltiples las evidencias que relacionan Arzúa con el Camino, además de los nombres alusivos como Santa María y Santiago que llevan las dos parroquias que forman la Villa, en el propio escudo figuran conchas, la estrella y la urna, elementos de una evidente y clara tradición Xacobea.